martes, 22 de junio de 2010

Cronica curso junio con Ismael

El pasado domingo 13 tuvimos de nuevo la oportunidad de entrenar con nuestro coordinador de zona, Ismael Carretero. Esta vez comenzamos los monitores con ejercicios para comprender y mejorar la adaptación desde la secuencia de ataque, en distancia idónea y no idónea, a las reacciones bajo contacto, y sobre todo como realizar correctamente el papel de entrenador para que los practicantes entiendan el sentido del ejercicio y puedan obtener el beneficio buscado.
Este papel de entrenador, más conocido como “el malo”, no siempre se realiza del modo adecuado, antes de iniciar el ejercicio o juego debe conocerse el objetivo de este y buscar esos resultados, no por realizar el ejercicio más rápido o más fuerte se obtienen mejores beneficios, es más, siempre se obtienen mejores resultados empezando a velocidad reducida que permita asimilar el gesto técnico para progresivamente aumentar la velocidad hasta poder llegar a velocidad de combate real. Debemos recordar que la velocidad vendrá dad por la práctica y no antes pues de lo contrario haremos un gesto rápido pero sin saber si es el apropiado.
Después de esto se trabajo también el tema estrategia de ataque, donde el practicante inicia el ataque sin esperar acciones previas del oponente. La mayor parte de las artes de combate que conozco basan sus estrategias en la defensa y/o contraataque una vez el oponente inicia la acción, es decir, ataca, se acerca, etc. y normalmente las acciones de ataque, algunos sistemas preconizan aquello de “la mejor defensa el ataque” lo hacen de modo lineal, es decir por hacer un símil, tengo una carta de la baraja y constantemente se la ofrezco al oponente hasta que “pica” y puedo desarrollar mi truco. En el caso del Wing Revolution, por supuesto están las reacciones como respuesta a la acción del oponente, pero se va más allá en el campo estrategia acercándose al oponente por iniciativa propia, si se desea, ofreciendo un abanico de 3 o 4 cartas reaccionando acorde a la que el adversario elige, y si no lo hace, escogemos por él.

Tras hora y media llego el grueso de alumnos para unirse al curso y se empezó por el temario de la importancia del movimiento integral en las secuencias. Al comenzar a aprender las secuencias es normal prestar excesiva atención al movimiento de los brazos (siempre es lo que parece más extraño) para después pasar al desplazamiento (que difícil es para muchos encontrar las malditas diagonales), sin embargo lo que suele pasarse por alto es el movimiento de la masa corporal. La defensa en el Wing Revolution se lleva a cabo con todo el cuerpo desde el principio, no se enseña a mover una parte del cuerpo para posteriormente incorporar la otra. Las piernas posibilitan un desplazamiento longitudinal en cuatro direcciones para tratar de llevarnos al ángulo y distancia escogido, los brazos se interponen entre el oponente y nuestro cuerpo para detectar las amenazas, atacar si hay hueco ( al eje o a las fronteras en función de la distancia) o reaccionar si reciben una fuerza de contacto (mayor información), pero es el cuerpo mediante su balanceo/inclinación el que dota de una tercera dimensión a nuestra movilidad posibilitando colocar al general (nuestra cabeza) en lugar seguro a medida que nos acercamos o alejamos del oponente y haciendo más difícil la tarea del oponente de poder encajarnos un golpe.
Con demasiada frecuencia pensamos que los brazos nos protegen en todo momento por estar delante nuestro pero a medida que desgranas las posibilidades te das cuenta que si el cuerpo no acompaña el movimiento la técnica no funciona. El pasado mes he tenido la oportunidad de entrenar con distintos instructores en la piel de toro ( Isma y Asier en Bilbao, Iñigo en Valencia, Pepe en Murcia, Antonio en Cádiz, Pepe en Sevilla) y si algo he podido apreciar es que este sistema ha evolucionado gracias a la investigación y buen hacer a la hora de saber como podemos ser atacados, muchas de las veces cuando ves a estos instructores dando su explicaciones sobre el ejercicio a realizar y te muestran el papel del entrenador (el malo) parece que tuvieras delante a un luchador, o un boxeador, o un thai-boxer, no una mera imitación (salvando las diferencias con los profesionales de cada cosa) pero desde luego algo bastante cercano a lo que podrías encontrar en un hipotético combate contra un especialista en estas disciplinas. Esto me remite a lo expresado inicialmente: el papel del compañero haciendo la labor de entrenador es importantísima, tanto o más que la propia función de entrenar, así que hay que ponerse las pilas y hacer bien esta labor cuando entrenamos con el compañero, para que después también el compañero pueda hacernos progresar.



Tras esto se paso a su aplicación en las distintas distancias. Debemos notar que al margen de los elementos que pueden usarse para el ataque/defensa en función de la proximidad y ángulo con respecto al oponente, únicamente podemos definir 3 distancia para el combate:
- Fuera de distancia:
No podemos tocarnos con ninguna de las armas corporales de que disponemos, no hay pues posibilidad de ataque por parte de ninguno de los dos. En esta distancia lo importante es observar al adversario para ver las posibilidades de acercarnos o reaccionar a sus movimientos. Aquí no es necesario estar realizando ningún gesto técnico ni secuencia, solamente estar atento a los cambios de distancia.

- Distancia no idónea:
Nos hemos acercado lo suficiente para que nuestros ataques lleguen al adversario, y por ende los suyos a nosotros, pero nuestros ataques no pueden desestabilizarle, no estamos lo suficientemente cerca. Aquí se desarrolla el grueso del arsenal tanto de desplazamientos, secuencias, contacto, etc.. el key-point es cubrir las fronteras y desplazarnos buscando el ángulo que nos aporte ventaja para acercarnos lo suficiente para que nuestros ataques puedan desestabilizar al adversario.

- Distancia idónea:
Estamos lo suficientemente cerca para que atacando al eje del oponente podemos atravesarlo haciendo que pierda el equilibrio y por tanto no pueda contraatacar aunque nuestro ataque no sea lo suficientemente fuerte o potente sin recomponer su postura.

A pesar de que de forma aislada el alumno va siendo capaz de realizar los gestos técnicos adecuados para cada una de estas distancias de forma aislada, el eslabón débil de la cadena suele ser la conexión entre ellas, reconocer realmente en que distancia estamos y trabajar acorde a ella. Con demasiada frecuencia vemos como el alumno una vez llega a la distancia idónea, con mayor o menor dificultad, se resigna a abandonarla e intenta seguir atacando al eje aún cuando el entrenador se ha salido de esa distancia idónea, o incuso cuando se sale no vuelve a reconocer si está otra vez al moverse en distancia de ataque o no.
Es de vital importancia trabajar este punto, incluso muchas veces prescindiendo de recursos, p.ej. trabajar sólo con los desplazamientos y el cuerpo sin usar los brazos, etc. para ser capaz de adquirir la competencia necesaria para aplicar lo aprendido al combate.
Aqui teneis un video de esto que hablamos en acción:
http://www.youtube.com/watch?v=kQ8Y-hNgJ5w

Recordar por último la forma de aprendizaje del Wing Revolution:
1. Primero se adquieren los conocimientos: gestos técnicos, movimientos, desplazamientos,…
2. Con estos conocimientos se preparan ejercicios y/o juegos para adquirir la destreza necesaria que nos permita comprenderlos y asimilarlos hasta convertirlos en movimientos naturales.
3. Finalmente estas destrezas nos dotan de una competencia que nos permite resolver los problemas a los que nos enfrentamos en una confrontación.
Como podéis ver es el método de aprendizaje natural del ser humano, veamos un símil con la mera intención de hacer pensar al lector de este blog.
Aprender a escribir (por ejemplo):
Primero se aprende a coger el lapicero y realizar los gestos que nos permiten plasmar en un papel los símbolos que usamos y reconocemos para transmitir mensajes. Al principio nos cuesta, nos duele, somos incapaces de hacerlo rápido,.. (Si se os ha olvidado esto podéis observar a cualquier niño de 4 a 6 años)
Después en base a la repetición y distintos ejercicios vamos adquiriendo la destreza necesaria para escribir con más rapidez y fluidez, para poder escribir durante más tiempo sin dolor, para ampliar el repertorio de palabras,…e incluso desarrollar un estilo personal en los símbolos empleados.
Finalmente desarrollamos la competencia necesaria para poder expresar sentimientos, ideas, etc... por medio de la escritura, ¡llegando en ocasiones hasta la creatividad de la literatura!
Este proceso que en el ser humano empieza sobre los 3 o 4 años y como mínimo no se obtienen resultados hasta los 11 o 12 años, traducido unos 7 años de aprendizaje continuo que pueden continuar hasta la saciedad depende de la competencia que se quiera desarrollar, algunos pretenden, traducido al aprendizaje de las artes de combate, por el mero hecho de ser ya “adultos” completarlo en 10 o 12 meses máximo, e incluso desde el principio tratan de desarrollar los ejercicios a toda velocidad y potencia. Solamente reflexionar “el camino del aprendizaje es de largo recorrido no un sprint y listo”.